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Cuentos clásicos: Pinocho

Había una vez un viejito llamado Geppetto que vivía solo con su gato Figaro y su grillo Pepito Grillo. Geppetto era un artesano que hacía muñecos y marionetas de madera muy bonitas.

Un día, Geppetto encontró un trozo de madera muy especial y lo usó para tallar y pintar un muñeco. Trabajó mucho tiempo en ese muñeco hasta que quedó listo. Era un muñeco con gorrito, chaleco y nariz muy larga. Geppetto lo llamó Pinocho.

Para sorpresa de Geppetto, de pronto Pinocho cobró vida. ¡El muñeco empezó a hablar, caminar y moverse como un niño de verdad! Geppetto estaba muy contento y dijo que Pinocho sería como su hijo.

Pero Pinocho era un muñeco muy travieso que no obedecía a Geppetto. Un día en vez de ir a la escuela, Pinocho se fue al pueblo a jugar con sus nuevos amigos. Ellos lo llevaron a un circo donde un mal hombre llamado Titiritero lo engañó.

Afortunadamente, el Hada Azul que cuidaba de Pinocho lo rescató y lo llevó de nuevo con Geppetto. El Hada Azul le dijo a Pinocho que si se portaba bien y obedecía a Geppetto, algún día se convertiría en un niño de verdad.

Pero Pinocho seguía haciendo travesuras. En otra ocasión, se fue de viaje a la Isla de los Juegos con su amigo Candlewick. Allí Pinocho se convirtió en un burro por ser desobediente. El Hada Azul tuvo que ir a salvarlo otra vez.

Después de eso, Pinocho cambió su actitud y empezó a portarse bien. Ayudaba a Geppetto en su taller y estudiaba todos los días. El Hada Azul vio que Pinocho se estaba convirtiendo en un niño bueno y responsable. Entonces, con su magia, convirtió a Pinocho en un niño de carne y hueso.

Pinocho y Geppetto estaban muy contentos. Ahora eran una familia de verdad. Pinocho nunca volvió a ser desobediente. Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

Lucía Capdevila
Lucía Capdevila
Lucía es una enfermera que lleva más de 15 años curando y cuidando niños en un hospital, así que sabe un rato largo de bebés y de esos primeros años que vuelven locos a los padres. Ahora ella misma es mamá de dos pequeños, Martina y Daniel, con lo cual entiende aún mejor las noches sin dormir y las rabietas en el súper. En su blog escribe sobre todo lo que preocupa a las madres y padres nuevos: el llanto del bebé, cómo calmarlos, trucos para que duerman de un tirón, recetas fáciles de papillas, consejos para el baño... Explica las cosas de manera sencilla, transmitiendo tranquildad y buen rollo. Se nota que Lucía ha vivido en primera persona el caos de ser madre primeriza. Por eso ahora ayuda a otros padres contando sus trucos y todo lo que ha aprendido sobre cuidados de pequeños. Sus consejos son súper prácticos y escritos con mucho cariño. ¡Una lectura ideal para madres y padres!
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