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Queridos padres, sé que estamos todos muy ocupados y el tiempo escasea. Pero es importante que encontremos un ratito cada día para conectar de verdad con nuestros hijos, mirarles a los ojos, escucharles y mostrarles que están siendo comprendidos y validados. Esto es clave para ayudarles a desarrollar su inteligencia emocional. Vamos a ver juntos algunas ideas prácticas para lograrlo.
Presta atención de verdad cuando tu hijo te habla
Dedica unos minutos para sentarte con tu hijo, apagar el móvil y escucharle con atención. No le interrumpas ni le quites importancia a lo que siente. Los niños necesitan desahogarse y sentirse importantes para sus padres. Si le escuchas sin juzgarle, se sentirá querido.
No te enfades por sus rabietas, ayúdale a calmarse
Las rabietas y pataletas son normales en los niños. No les regañes ni les avergüences por expresar intensamente sus emociones. En su lugar, demuéstrales que les entiendes diciendo «veo que estás muy enfadado ahora mismo». Cuando se calme, enséñale a respirar hondo para relajarse.
Habla con ellos sobre las emociones
Utiliza los momentos cotidianos para ayudar a tu hijo a identificar sus emociones. Puedes señalar personajes de dibujos animados y preguntar «¿cómo crees que se siente ahora?». Enséñale a poner nombre a sus sentimientos. Así aprenderá a manejarlos.
No menosprecies sus sentimientos
Evita frases como «no es para tanto» o «no seas dramático». Para los niños sus emociones son abrumadoras y reales. Muéstrate comprensivo y ofrécele consuelo cuando esté triste o asustado. Verás cómo se fortalece la conexión.
Sé un modelo a seguir en la gestión de las emociones
Tus hijos aprenden de ti. Procura manejar tu estrés y frustración de manera saludable. Habla de lo que sientes. Discúlpate si te equivocas. Muéstrales que tener emociones no es malo, sino una parte normal de la vida.
Refuerza sus conductas positivas
Cuando tu hijo exprese sus sentimientos de forma adecuada, dale las gracias y reconóceselo. Céntrate en los comportamientos que deseas fomentar. Tus elogios pueden reforzar estas conductas.
Sé que cuidar la inteligencia emocional de nuestros hijos requiere esfuerzo. Pero es una de las mejores inversiones que podemos hacer como padres. Niños emocionalmente saludables serán adultos más felices y plenos. ¡Sigue adelante, que vas por el buen camino!