Los chistes hacen reír a los niños. También les ayudan a desarrollar el lenguaje y la imaginación. Contar chistes cortos y sencillos es una buena forma de que los pequeños aprendan bromas y juegos de palabras.
Contar chistes inocentes es una actividad muy divertida para disfrutar en familia con los niños. ¡Aprovéchala!.
- ¿Por qué llora un libro de matemáticas? Porque tiene muchos problemas.
- ¿Por qué el tomate estaba rojo? Porque se sonrojó.
- ¿Sabes cómo se queda un mago después de comer? Magordito.
- ¿Qué le dice una iguana a su hermana gemela? Somos iguanitas.
- Mamá, en el cole me dicen despistado. ¡Pues dile a tu profesora que no te cambie más de sitio!
- ¿Cómo se dice pañuelo en japonés? Sacamoko.
- ¿Por qué el dinosaurio cruzó la avenida? Porque los semáforos no existían en su época.
- ¿Por qué no puede dormir bien el fantasma? Porque le faltan sábanas.
- ¿Qué le dijo un semáforo a otro? No me mires que me pongo rojo.
- ¿Cómo se llama el papá de Pi? Papi.
- ¿Por qué el pollo cruzó la calle? Para llegar al otro ladito.
- ¿Qué le dice una impresora a otra impresora? ¿Esa hoja es tuya o es una impresión mía?
- ¿Cómo se dice pelo sucio en chino? Chin cham pú.
- ¿Qué hace una abuela en el polo norte? ¡Helado!
- ¿Qué le dijo el semáforo al coche? ¡No me mires, me estoy cambiando!